El Diario Norte 13/11/15

Patricia Burgo Muñoz

Un informe realizado por la Fundación Aspacia alerta de los obstáculos a los que las mujeres en situación irregular se enfrentan a la hora de denunciar una agresión sexual, como son el miedo a ser expulsadas y la desatención sanitaria

María Naredo, una de las participantes en el informe y experta en violencia de género, asegura que «la violencia sexual es una de las violencias machistas más desatendidas por parte de las instituciones», y las mujeres migrantes son víctimas ademas de una «discriminación múltiple»

“Yo estoy aquí, no tengo tarjeta sanitaria, no tengo cuenta, no tengo nada. Solo padrón, nada más, no pago seguro, no tengo trabajo,… tengo trabajo pero no me pagan, entiendes, sin derechos y sin nada. Como, no sé cómo explicarlo, como un animal salvaje.” Es el testimonio de una mujer rusa víctima de violencia sexual que reside en España en situación irregular desde 2006. Su experiencia forma parte del informe ‘Violadas y expulsadas’ elaborado por la Fundación Aspacia para visibilizar un drama que persigue a estas mujeres: el miedo a denunciar y enfrentarse a un expediente de expulsión.

«La violencia sexual contra las mujeres es una de las violencias machistas más desatendida por las instituciones». María Naredo, abogada defensora de los derechos de las mujeres y colaboradora en distintas  investigaciones sobre violencia de género, discriminación y derechos humanos, ha colaborado en el informe, e insiste en la necesidad de incorporar a la agenda institucional una de las manifestaciones más extendidas de la violencia contra las mujeres, las agresiones sexuales.

En el caso de las mujeres migrantes en situación irregular, estas agresiones son doblemente perjudiciales, porque a esa invisibilidad se une «que es un sector ante el cual la respuesta ha venido por el lado más sancionador», advierte Naredo. El miedo a presentar una denuncia, la aplicación del decreto de la exclusión sanitaria o la falta de apoyo institucional son algunos obstáculos a los que deben hacer frente después de haber sufrido un episodio de abuso sexual.

Para la elaboración del informe la Fundación se ha enfrentado a la falta de datos que hay sobre las víctimas de violencia sexual en situación irregular, ¿cómo se ha abordado esta investigación?

En el informe hemos abordado una realidad doblemente invisible: por un lado la violencia sexual como una de las violencias machistas más desatendidas por parte de las instituciones, y en segundo lugar la situación de un sector como es el de las mujeres migrantes en situación irregular, que también es invisible pero que está marcado porque es un sector ante el cual la respuesta ha venido por el lado más sancionador. El lado sancionador de la persecución por la situación irregular o de la apertura de expedientes de expulsión. Entonces, a la vez que sufren esa situación de inseguridad por la situación de control migratorio, se enfrentan a esa invisibilización por las violencias que sufren. Además no hay datos, hay escasos datos de violencia sexual, en muchos casos desactualizados, pero menos aun cuando los cruzas por nacionalidad y menos digamos si intentas ver el perfil relacionado con la irregularidad administrativa. Esta investigación es eminentemente cualitativa. Hemos recibido los testimonios de en torno a 20 mujeres y a raíz de esos testimonios, hemos ido encontrando esos obstáculos. Y por otro lado también hemos hecho entrevistas con profesionales dentro de la administración que se dedican específicamente a la atención, protección y justicia de las víctimas.

Uno de los epígrafes se refiere a las trabajadoras del servicio doméstico, ¿son estas mujeres las más vulnerables?

Efectivamente la normalización de la violencia sexual es una cuestión muy importante a tener en cuenta, y nos hemos querido fijar en el servicio doméstico como un lugar donde los derechos laborales y sexuales, en general los derechos de las mujeres quedan muy desprotegidos. Muchas veces se encuentran inmersas en relaciones de trabajos informales y relaciones muy opacas. En estos entornos, lo que pase allí entre la mujer y su agresor, no trasciende, y además esa mujer sabe que en esa situación estructural en la que se encuentra, de falta de poder, hace que ella relegue los abusos o la violencia sufrida a una segunda o tercera prioridad. Como diciendo “yo aquí tengo cosas más urgentes a las que enfrentarme, un trabajo, tengo que alimentar a mi familia…” Toda una serie de prioridades y de urgencias que se hacen muy difíciles de gestionar en esa situación de falta de poder.

¿Cuáles son los principales obstáculos que encuentran esta mujeres?

Hay dos normas directamente discriminatorias por el factor de irregularidad que son el decreto ley de exclusión sanitaria, que coloca a estas víctimas en una posición muy difícil para ejercer su derecho como víctimas de violencia sexual a la atención sanitaria, y no solo a la de urgencia, sino también en el medio y largo plazo que es lo que las guía de la OMS aconseja. Y por otro lado, el derecho a la justicia y a la protección se ve obstaculizado también por la falta de protección en la propia Ley de Extranjería para las mujeres víctimas de violencia sexual, que si bien se avanzó un poco en términos de protección de violencia de pareja, expareja, o en víctimas de trata, en el caso de la violencia sexual se produce un miedo fundado a que la denuncia se cruce con la expulsión, porque la Ley de Extranjería en absoluto protege a estas víctimas. Esoso nos parece una discriminación de primerísima magnitud, y evidentemente esto atraviesa la impunidad de la que se valen los agresores, que saben que a estas mujeres les va a costar mucho más ir a denunciar que a cualquier otra mujer. También es paradigmático que sobre las que acaban denunciando pesa  la creencia de que pueden llegar a denunciar para obtener los papeles, lo cual es un poco kafkiano, porque no hay protección legal, pero lo que existe es el prejuicio de que se aprovechan de la denuncia para conseguir los papeles.

¿Qué deficiencias hay entonces en materia normativa?

Lo que existe es un vació en términos de diagnóstico de las desventajas añadidas que estas mujeres tienen, es necesario realizar una detección y una prevención. Los centros sanitarios, por ejemplo, antes del decreto ley de expulsión sanitaria eran un punto muy importante al que acudían casi el 100% de las mujeres que podían estar sufriendo violencia de género o sexual. Y hoy ese escenario tan importante de detección de casos ha mermado. Incluso en la Comunidades Autónomas donde han flexibilizado el decreto, o directamente no lo aplican, las inmigrantes muchas veces tienen miedo por esa creencia de que no tienen los mismos derechos.

En este sentido ¿qué cambios plantea el informe?

En el ámbito estatal, las diferentes comunidades, e incluso algunos municipios, tienen diferentes protocolos. Por ejemplo en el caso de la ciudad de Madrid, detectamos que se prioriza que haya una única puerta de entrada de las víctimas sexual, que es la denuncia, y después ya interviene los sanitario. Sin embargo por ejemplo en el País Vasco existe otro protocolo que incluye una triple entrada: centro de salud, hospital y policía. Nos parece fundamental plantear esa triple entrada, porque hemos detectado algún caso donde las mujeres no quieren ir a denunciar. No solo para la prueba médico forense sobre la agresión sexual, sino también para el ejercicio del derecho a la salud. Porque este derecho no es solo para la prueba, tiene también que ver con los reconocimientos médicos que tienen que garantizar el derecho a la salud de las mujeres. Esa triple entrada es clave, porque estas mujeres con el obstáculo que encuentran en la denuncia pueden ser totalmente perjudicadas con esa práctica.

http://www.eldiario.es/norte/euskadi/Violadas-expulsadas-migrantes-victimas-violencia_0_451805074.html

 

Web de la Abogací­a Española. Consejo General.

Noticias. Actualidad. 7 octubre, 2015.

Por Santiago Yerga, abogado

http://www.abogacia.es/2015/10/07/victimas-de-trata-de-seres-humanos-un-reto-para-la-abogacia-espanola/

“No sé por qué mi madre me dio a esa mujer. La mami me ofrecía al principio a otras mujeres amigas suyas. Cuando cumplí los 13 años empezó a entregarme a hombres. A mí no me gustaba estar con esos hombres. Me escapé, pero un amigo de la mami me cogió cuando iba a montarme en un autobús. ¿Ves estas marcas? [muestra las muñecas y los tobillos lacerados por las cuerdas]. Me tuvieron atada muchos días, muchos. El connection man fue quien me trajo a España; yo no sé cuál es su nombre…”  [Extracto de la declaración de una víctima de trata, CIE de Algeciras, Marzo de 2015]

La trata de seres humanos con diferentes fines se ha convertido en una de las grandes lacras de los tiempos actuales, esencialmente, por la flagrante, intensa y persistente vulneración de los derechos hiperbásicos que corresponde a toda persona en cuanto ser humano. Ni como personas ni, por supuesto, menos aún, como miembros de la Abogacía podemos permanecer impasibles ante tan palpable y tangible menosprecio a los derechos humanos.

De aquí que estas líneas, además de un carácter divulgativo, tengan la intención de poner el acento en aquellos momentos en que la intervención letrada pueda y deba desplegarse con mayor intensidad, con la finalidad de mejorar la protección y restablecimiento de la víctima de trata de seres humanos (en adelante, VTSH)

Por centrar, el contenido de lo que entendemos por VTSH, consideramos que son objeto de protección y persecución:

La captación, el transporte, el traslado, la acogida o la recepción de personas, incluido el intercambio o la transferencia de control sobre estas personas, mediante la amenaza o el uso de la fuerza u otras formas de coacción, el rapto, el fraude, el engaño, el abuso de poder o de una situación de vulnerabilidad, o mediante la entrega o recepción de pagos o beneficios para lograr el consentimiento de una persona que posea el control sobre otra persona, con el fin de explotarla.

La explotación incluirá, como mínimo, la explotación de la prostitución ajena, u otras formas de explotación sexual, el trabajo o los servicios forzados, incluida la mendicidad, la esclavitud o prácticas similares a la esclavitud, la servidumbre, la explotación para realizar actividades delictivas o la extracción de órganos.

  1. ASPECTOS NORMATIVOS

No es posible abordar en un trabajo de estas características la compleja urdimbre normativa existente en materia de VTSH, especialmente la de carácter internacional, por lo que me limitaré a señalar los instrumentos más básicos, que siempre han de constituir los iniciales puntos de referencia en el acercamiento jurídico a un espacio tan complejo como es el que nos ocupa.

A escala internacional, necesariamente hay que citar en primer lugar el Protocolo para prevenir, reprimir y sancionar la trata de personas, especialmente mujeres y niños, que complementa la convención de las naciones unidas contra la delincuencia organizada transnacional (Protocolo de Palermo, 2000)

También hay que referirse al Convenio del Consejo de Europa sobre la lucha contra la trata seres humanos, de 16 de mayo de 2005, habitualmente citado como el Convenio de Varsovia, y que, junto con el principio básico de desincentivación de la demanda, incide que cualquier actuación en el campo de la lucha contra el comercio humano debe incorporar un enfoque basado en los derechos de la persona, el derecho a la igualdad entre a hombres y mujeres, y el respeto y la protección a los menores.

En el ámbito de la Unión Europea, destaca la Directiva 2011/36/UE del Parlamento Europeo y del Consejo, de 5 de abril de 2011, relativa a la prevención y la lucha contra la trata de seres humanos y la protección de las víctimas, y que se fundamenta en lo que podríamos denominar la triple P: Prevención del delito, Protección a las víctimas y Persecución del delincuente. Esta Directiva adopta un enfoque respecto a la lucha contra la trata de seres humanos integrado, global y basado en los derechos humanos, estableciendo un concepto de trata más amplio, en el sentido de incluir actividades hasta ese momento no consideradas como tales (mendicidad, extracción de órganos, matrimonios forzosos y adopciones ilegales).

Por lo que se refiere a los textos normativos de carácter interno, en España, desde la publicación del documento político denominado Plan integral de lucha contra la trata de seres humanos con fines de explotación sexual (2010), se ha venido abordando una legislación más amplia, reforzando, por una parte, la visión extracéntrica de la lucha contra la trata, y por otra parte, la consideración básicamente policial del combate contra esta execrable actividad.

En relación con ello, en la implantación de las normas internacionales en nuestro derecho interno, se han seguido dos cauces muy evidentes. Por un lado, la intensificación de la perspectiva penal en la prevención y persecución de los delitos que conforman la actividad de la trata de seres humanos[1]. Por otro, desde la ubicación de elementos de protección de las VTSH desde la perspectiva de la extranjería, lo que no deja de ser una consideración bastante chirriante a la hora de llevar a cabo esa protección, por anteponer la posible nacionalidad de la víctima a su auténtica necesidad de ser preservada en cuanto ser humano[2].

  1. PRINCIPALES CUESTIONES DE LA ABOGACÍA RELACIONADAS CON LA ATENCIÓN A LAS VTSH

Más allá del conocimiento y aplicación de las normas que se presume en todo operador jurídico, en el concreto caso de la atención a las VTSH hay que tener en cuenta una serie de cuestiones que son de vital importancia para propiciar una asistencia jurídica efectiva por parte de los letrados y letradas que puedan encontrarse ante un asunto de estas características.

Intentaré especificar cada una de ellas, en la inteligencia de que probablemente haya otras que puedan presentarse con carácter singular en cada uno de los diferentes procedimientos que puedan haberse iniciado.

1ª Detección e identificación de la potencial víctima

Esta es la gran piedra angular o arco de bóveda sobre el que recae el sistema de protección a la VTSH: Sin detección no hay VTSH y, en consecuencia, tampoco hay protección. Y es precisamente en este apartado donde mayores carencias se observan, puesto que la vinculación entre extranjería y trata hace que los indicadores que determinan la presencia de una VTSH se solapen ante el eventual temor a la imposición de alguna medida sancionadora.

Esta perentoria necesidad es puesta de relieve en el imprescindible informe del Defensor del Pueblo, titulado con el expresivo nombre La trata de seres humanos en España: Las víctimas invisibles, cuya lectura es de obligado deber para conocer no sólo las vicisitudes por las que transitan las VTSH sino también la respuesta que nuestro ordenamiento jurídico y las autoridades españolas dan a esta lacra.

En este sentido, como abogados y abogadas debemos permanecer ojo avizor, especialmente en las zonas sensibles de nuestra geografía  -entendiendo por tales puertos, aeropuertos y áreas de litoral -, para poder garantizar una asistencia que trascienda de lo rutinario o de la visión estrictamente migratoria. Para ello es básico el tratamiento individualizado de cada persona, el conocimiento de los indicadores básicos para la determinación de la potencial VTSH, la colaboración y conexión con las entidades especializadas, etc.

A su vez, ello nos conduce a estar especialmente alertas en cuanto a las entrevistas personales y declaraciones que se realicen en el marco de los procedimientos penales y administrativos que puedan ponerse en marcha, al objeto de que se cumplan las condiciones más esenciales y seguras, con la finalidad no sólo de obtener una mejor información de cara a la defensa de la VTSH sino, especialmente, de cara a articular unas mejores vías de protección en adelante.

2º El período de restablecimiento y reflexión

Los textos normativos nacionales e internacionales hacen referencia a la concesión de un período de restablecimiento y de reflexión para la potencial VTSH[3], al objeto de que puedan plantearse fundadamente la colaboración con las autoridades judiciales y policiales.

Cabría hacer muchas consideraciones al respecto de este período; sin embargo, yo quiero hacer dos simples reflexiones que, en más ocasiones de las debidas, pasan desapercibidas en nuestra intervención profesional.

En primer lugar, el hecho evidente de que se trata de dos acciones bien diferenciadas: por una parte, el restablecerse; por otra parte, el reflexionar. Es más, me atrevería a decir que sin restablecimiento, no puede haber reflexión adecuada. En el legítimo y necesario interés por parte de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad de poder llevar a cabo su impagable labor, es frecuente que el período de reflexión soslaye al período de restablecimiento, contribuyéndose de manera indeseada a un incremento de la victimización de la persona sometida a una situación de stress multidireccional (haber accedido irregularmente a España, haber sido detenida, la presión de los tratantes y/o traficantes, etc.). De aquí que sea preciso incrementar la protección de la VTSH en el sentido de instar, siempre en primer lugar, el mecanismo del restablecimiento – que tendrá que efectuarse en los dispositivos de entidades especializadas – como eje fundamental de la posterior reflexión que determinará o no la colaboración con las autoridades.

Como muestra un botón: Durante el año 2013 se ofrecieron, según el Ministerio del Interior, 736 periodos de restablecimiento y reflexión, de los que 603 fueron rechazados por las víctimas. Es evidente, a mi juicio, que tal rechazo masivo (casi un 82%) es consecuencia de la irreflexión, valga el juego fácil de palabras, que supone no haber apostado previamente por el restablecimiento de la víctima.

La segunda reflexión queda apuntada en los párrafos anteriores. Es innegociable la participación y la colaboración de entidades especializadas precisamente para que, en su caso, ese restablecimiento y posterior reflexión sea veraz y eficaz. Estos espacios de participación y colaboración no han de reducirse a la ubicación física de la potencial VTSH en un dispositivo de atención humanitaria, sino que han de ampliarse a una labor de cooperación efectiva e integral con el resto de los demás operadores en una situación de estas características. Es claro que el abogado no puede llegar más allá de dónde pueden llegar estas instituciones especializadas, pero también es evidente que, precisamente por ello, el papel de estas entidades supone el soporte de primer nivel en cuanto al restablecimiento y adecuada reflexión de la víctima.

Así, a título de ejemplo, correspondería impulsar al letrado interviniente en materia de extranjería la aportación de cuanta información consideren relevante “las organizaciones dedicadas a la promoción y defensa de los derechos de las personas víctimas de trata”[4]; así como especialmente que dichos informes se acompañen a la propuesta del período de restablecimiento y reflexión[5].

3º Cooperación para los fines de investigación y de las acciones penales y situación personal de la víctima

Todas las normas que someramente hemos visto más arriba deslindan dos situaciones diferenciadas en el marco de la protección que debe concederse a la VTSH y que en más ocasiones de las adecuadas o bien se prioriza una en perjuicio de la otra, o bien se yuxtaponen acumulativamente. Me estoy refiriendo, por una parte, a la cooperación con los fines de la investigación y de las acciones penales; por otro lado, a la situación personal de la víctima. Ambas son situaciones completamente diferencias y cada una de ellas, de manera autónoma, debe servir para la obtención del estatuto de víctima, en cualquiera de las instancias en las que pueda tener cabida, sin que, como decía antes, pueda ser priorizada la cooperación con las fuerzas y cuerpos de seguridad y las autoridades judiciales. Más aún; en no pocos casos la VTSH se encuentra tan degradada que lo único que debería preocupar es su situación personal.

Tanto la Directiva 2011/36/UE, en su artículo 11.3[6], como la propia Ley Orgánica 4/00, en su artículo 59 bis.4[7], establecen, cada una en su respectivo ámbito, una posición perimetrada que, en todo caso, hace a la VTSH como merecedora de protección con independencia de que colabore o no con las autoridades policiales y judiciales.

Dicho de otro modo, y esta reflexión suele perderse en ocasiones de vista: La normativa sobre trata no está, ni debe estar, dirigida a una mayor punición o eficacia contra delictual, sino que está dirigida esencialmente a la protección de la víctima; de aquí que esta deba ser la primera cuestión que concierna a los profesionales intervinientes en asuntos de estas características.

4º La protección posterior a la consideración como víctima de trata

Tanto las normas internacionales de obligado cumplimiento para España como su propio ordenamiento interno, establecen un correcto umbral de protección durante los diferentes procedimientos judiciales y administrativos. La intervención de entidades especializadas, la aplicación del estatuto de testigo protegido, la concesión de autorizaciones de residencia, el retorno, etc; son medidas de protección que se despliegan con mayor o menor eficacia durante la que podríamos denominar fase álgida de la detección y propuesta de consideración como VTSH.

Sin embargo, en la situación de las VTSH hay una serie de particularidades que no podemos dejar al margen y que pueden tener una importancia capital a posteriori en parámetros de protección de la persona.

La configuración de las infracciones de la que derivan la VTS, con un marcado carácter transnacional; la implicación de redes vinculadas al entorno cercano de las víctimas; los riesgos reales de venganza sobre las familias en los países de origen, entre otras cuestiones, plantean un panorama de difícil acomodo si partimos de la óptica de los delitos tradicionales. De alguna manera, las infracciones relacionadas con la trata pueden ser calificadas como “transversales”, en el sentido de que no sólo inciden de manera directa sobre la persona objeto de ella, sino sobre un amplio espacio que abarca no sólo miles de kilómetros, sino también la proximidad familiar, entendiendo la familia, las creencias, etc., en su sentido más amplio.

Es por ello que no basta con la protección de la VTSH durante los procedimientos, sino que es preciso afrontar esa protección a posteriori. Siendo consciente de las dificultades de índole práctica que ello plantea, es necesario abordar la extensión de esa protección, en todos los órdenes, más allá de meros criterios territoriales o instrumentales que pueden suponer un freno en el momento en el que una potencia VTSH decide dar un paso adelante.

5º Colectivos especialmente vulnerables

Desgraciadamente, la trata, en cualquiera de sus modalidades, no distingue ni de sexos ni de edades, ni de nacionalidades. Ahora bien, hay dos colectivos, que en muchas ocasiones aparecen juntos, que presentan un mayor grado de vulnerabilidad. Me estoy refiriendo en concreto a mujeres y menores de edad.

La perspectiva de género cobra especial trascendencia, aunque no sólo, en el comercio humano destinado a la explotación sexual. Con algunos matices que ahora escapan a este trabajo, esa trascendencia es recíproca en el caso de menores de edad.

Si atendemos a los datos facilitados por el Ministerio de Interior y anotados más arriba, el perfil de la VTSH sometido a explotación sexual es el de mujer, rumana y con edad comprendida entre los 33 y 37 años. Este perfil sitúa en el centro de la protección, básicamente por la existencia de otras infracciones aparejadas, a la mujer, que de esta manera sufre una evidente violencia de género que, además, suele transmitirse a sus cargas familiares.

En el caso de los menores, esta vulneración de los derechos humanos es aún más sangrante; sobre todo si la relacionamos con la explotación sexual, puesto que la carencia de los más elementales medios de defensa en todos los órdenes alcanza su más amplia exposición.

Nunca está de más recordar los deberes de la Abogacía en materia de violencia sobre la mujer y sobre menores; pero en estos supuestos debería ser aún más exquisita nuestra intervención, habida cuenta de los intereses en juego.

  1. A MODO DE CONCLUSIÓN

La trata de seres humanos es uno de los grandes déficits que como sociedad podemos sufrir y que tenemos diariamente delante de nosotros. La labor de la Abogacía no debe limitarse a la verificación del cumplimiento de la legalidad vigente, sino que ha de desarrollar un papel proactivo en la defensa, no de los intereses, sino de la persona cuya defensa le ha sido encomendada.

La formación constituye uno de los grandes frentes a trabajar desde el conjunto de la Abogacía puesto que la trata de seres humanos es un hecho dinámico, poliédrico y mutante, y que requiere respuestas precisas en los momentos adecuados.

No me cabe ninguna duda de que los Colegios de Abogados son conscientes de esta necesidad imperiosa al objeto de dar respuesta a lo establecido en el artículo 1 del Estatuto General de la Abogacía Española y que consiste en prestar un servicio a la sociedad en interés …, por medio del consejo y la defensa de derechos e intereses públicos o privados, mediante la aplicación de la ciencia y la técnica jurídicas, en orden a la concordia, a la efectividad de los derechos y libertades fundamentales y a la Justicia

[1] Título VII bis (artículo 177 bis) del Código Penal, modificado por la Ley Orgánica 1/2015, de 30 de marzo, de modificación de este texto legal.

[2] Artículo 59 bis de la Ley Orgánica 4/2000, de enero, modificado por la Ley Orgánica 10/2011, de 27 de julio, y artículo 140 y ss. del Reglamento de Extranjería, aprobado por el Real Decreto 557/2011, de 20 de abril

[3] Artículos 11.6 de la Directiva 2011/36/UE, de 5 de abril, y 59 bis.2 de la LO 4/2000, de 11 de enero

[4] Artículo 141.2 Reglamento de Extranjería

[5] Artículo 142.1 Reglamento de Extranjería

[6] Los Estados miembros adoptarán las medidas necesarias para garantizar que la asistencia y el apoyo a la víctima no se supediten a la voluntad de esta de cooperar en la investigación penal, la instrucción o el juicio, sin perjuicio de lo dispuesto en la Directiva 2004/81/CE o en normas nacionales similares.

[7]  La autoridad competente podrá declarar a la víctima exenta de responsabilidad administrativa y podrá facilitarle, a su elección, el retorno asistido a su país de procedencia o la autorización de residencia y trabajo por circunstancias excepcionales cuando lo considere necesario a causa de su cooperación para los fines de investigación o de las acciones penales, o en atención a su situación personal

 

El ministro de Sanidad, Alfonso Alonso, presenta el Plan contra la Trata 2015-2018 que consta de 143 medidas que tienen como fin sensibilizar a la sociedad para frenar este “gran negocio que vulnera los derechos humanos”. 

“Hay que poner cara a las víctimas porque la sociedad no empatiza con mujeres que no conoce”, dice Mabel Lozano, directora de ‘Chicas Nuevas 24 horas’

PÚBLICO.ES 23/09/2015

CAROLINA GARCÍA MUNDI

@carolgMundi

MADRID.- Un total de cuatro millones y medio de mujeres y niñas son víctimas de la trata con fines de explotación sexual en el mundo. En España, ha habido durante el año 2014 14.000 supuestas víctimas. «La trata es la nueva esclavitud del siglo XXI. Hablamos de mujeres que han perdido su dignidad y su libertad. Hablamos de esclavas». Así ha definido este gran problema Charo Izquierdo, periodista y autora de Puta no soy, durante la presentación del Plan contra la Trata con Fines de Explotación Sexual 2015-2018, elaborado por el Gobierno, ONG y el Foro Social contra la Trata.

Izquierdo ha subrayado que «estamos ante mujeres desposeídas de sus papeles, de su dignidad, engañadas, violadas, que no pueden vivir ni moverse libremente, amenazadas. Las mujeres tienen que denunciar pero no pueden hacerlo si están amenazados tus hijos, tu familia, etc.»

Según la Oficina Internacional paras las Migraciones (OIM), alrededor de 800.000 personas cruzan cada año nuestras fronteras. «Las cruzan para ser explotados. Y no estamos contando con las que son esclavizadas en su propio país», denuncia Charo Izquierdo.

La trata mueve más de 35.000 millones de dólares en el mundo y según el Ministerio del Interior, mueve cinco millones de euros  diarios en España. Es el tercer negocio más rentable del mundo y uno de los problemas más difícil de erradicar. «Es un delito contra los derechos humanos. Ya no hay que irse a Perú, ni a Colombia. La trata está a dos calles de aquí», ha explicado la periodista.

La escritora urge a la sociedad que deje de ser «cómplice de este delito internacional» y  reclama   que se comience a trabajar en los países de origen. Estas palabras han sido respaldadas por Mabel Lozano, directora y documentalista por los Derechos Humanos. Lozano ha dicho que «hay que poner cara a las víctimas porque la sociedad no empatiza con mujeres que no conoce«.

Según Save The Children, más de dos millones de niños son víctimas de la trata con fines de explotación sexual

Apoyándose en unas imágenes, la documentalista ha explicado que la trata tiene nombre de mujer y de niña. Ha contado la historia de Sofía, una chica paraguaya de 17 años que tiene ocho hermanos y la obligación de ayudar a su familia a mantenerlos. Una persona vulnerable que dejó el colegio con trece años y que vino a Madrid después de que engañasen a su madre, prometiéndole que su niña iba a ganar mucho  dinero , a pesar de que fuese menor. Este sueño migratorio se convirtió en una pesadilla para Sofía, quien no habla español y vive debajo de un puente, y que nunca volverá a su país y no contará lo que ha vivido en España «por miedo, por dolor o por estigma», explicaba.

Como Sofía hay muchas más. Según Save The Children, más de dos millones de niños son víctima de la trata con fines de explotación sexual.

Alonso: “La trata de mujeres tiene que ser un asunto de la agenda política”

El ministro de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, Alfonso Alonso, urge a los diferentes partidos a que «la trata de mujeres y de niñas tiene que ser un asunto de la agenda política» ya que sostiene que en España «hay un gran negocio donde se vende la dignidad de las mujeres 24 horas al día, permanentemente», ha explicado.

Alonso mantiene que a través de este plan se quiere dar un paso adelante en España y concienciar a la sociedad para que «todos estemos detrás de este problema y puedan dar posibilidades de futuro a las víctimas». «No podemos tolerar que nuestro país sea un mercado para la destrucción de la dignidad de las personas y la venta de sus derechos», ha añadido.

«Algunas mujeres tienen que hacer 15 servicios diarios para sacar lo que el proxeneta le pide», explica Rocío Nieto, presidenta de APRAMP

El ministro de Sanidad ha dicho que este problema tiene que tener un máximo protagonismo porque la sociedad «lo ha ocultado ya que le resulta muy incómodo» y es «una vulneración de derechos que no tiene escrúpulos y acaba con sueños y con vidas».
A pesar de esta lucha, Alonso recalca que queda mucho por hacer. Entre otras cosas, hay que «terminar con las mafias y trabajar en los países de origen».

APRAMP: «La sociedad no debe rechazar a estas mujeres»

La presidenta y fundadora de la Asociación para la Prevención, Reinserción y Atención a la Mujer Prostituida (APRAMP), Rocío Nieto, pide a la sociedad que se sensibilice ante este tema y pide que todo aquello que se recaude contra el proxeneta, que vaya destinado a estas mujeres que son víctimas. «La propia sociedad no debe rechazar a estas mujeres.Algunas tienen que hacer 15 servicios diarios para sacar lo que el proxeneta le pide«.

Asimismo, Nieto mantiene que España «es un país de destino y debemos afrontar este problema».

La presidenta de APRAMP, quien además es la primera candidata española para el premio internacional Women for Change, requiere que «se nos considere un poco más y podamos intervenir para ayudarlas. No están preparadas para denunciar, están engañadas y vienen a España vendidas«. También pide al Gobierno que les deje proporcionar ayuda a los menores ya que en muchas ocasiones, no pueden darles vivienda, «pero podríamos darles ayuda, protección y sanidad».

Nieto además ha denunciado que la prostitución también es trata y que el 90% de aquellas que ejercen de ello son esclavas.

Principales medidas del nuevo Plan de Trata

El Plan contra la Trata con Fines de Explotación Sexual, que contará con 104 millones de presupuesto, está formado por 143 medidas:

– De prevención y detección: entre ellas, el Gobierno pondrá en marcha acciones de sensibilización para concienciar a la sociedad sobre la trata y la prostitución, promover códigos de autorregulación que favorezcan la eliminación de anuncios de contactos en los medios de comunicación, proponer medidas que favorezcan la eliminación de publicidad de comercio sexual, incorporar estos problemas a los medios de comunicación y proporcionar información para la detección de situaciones.

– De identificación, protección y asistencia: entre otras, las principales son facilitar información a las víctimas sobre sus derechos y en su propio idioma y facilitar el acceso a las organizaciones para reforzar la identificación de víctimas.

– Mejora del conocimiento para una respuesta eficaz: más estudios, más análisis, unificación de datos.

– Persecución más activa a los tratantes: reforzar las investigaciones sobre quién está detrás de la trata para colaborar con la Policía y proporcionarles distintas pruebas para su seguimiento y final captura.

– Coordinación y cooperación: reforzar la colaboración y cooperación entre las administraciones, además de la incorporación de otros profesionales que puedan ayudar a detectar las posibles víctimas.

http://www.publico.es/sociedad/trata-nueva-esclavitud-del-siglo.html

EL MUNDO

LAURA JURADO Palma

31/08/2015

  • La Unidad de Valoración registra un aumento de casos; 114 sólo en el primer semestre
  • En 2014 quedaron 30 casos en espera sin poder ser analizados, ninguno de riesgo

«Es la eterna pregunta: ¿Aumentan los casos registrados porque se conoce más el servicio o porque se está disparando este tipo de agresiones?», reconoce uno de los dos únicos técnicos con los que cuenta la Unidad de Valoración de Abusos Sexuales en la Infancia (UVASI). Desde que el departamento abriera sus puertas en 2009, la estadística crece año tras año. En el primer semestre del presente, ya llevan un 8,5% más de casos analizados que en el mismo periodo del año anterior. Pero no su personal. En 2014 cerraron su memoria con 30 casos en lista de espera. Ninguno, gracias a ellos, con situación de riesgo.

La regla de tres les sale a cerca de 100 casos anuales por profesional. Ese fatídico 2014 en que no dieron abasto, la memoria oficial indicaba 163 abusos evaluados. En ningún sitio figuraban esos 30 que quedaron en el limbo por falta de recursos. «Y estamos hablando de un tipo de agresión muy grave y de valoraciones que pueden suponer condenas o absoluciones de los supuestos agresores», intentan concienciar desde esta área dependiente del IMAS. El año pasado, su labor incluyó la asistencia y declaración en 25 juicios y se resolvieron otros 12 con sentencias condenatorias.

Sea porque existe mayor conciencia o por una reproducción de estas agresiones, el desbordamiento de la Unidad es continuo. «Este año batiremos récords», avanzan. La lista de espera para evaluar abusos les obligó a establecer un criterio que diera prioridad a las víctimas con discapacidad, de edad muy temprana o expuestas a riesgo o contacto con el supuesto agresor. «Ninguno de los que se quedó en cola estuvo en peligro», aseguran.

La UVASI surgió como un intento de evitar los sucesivos «filtros» y profesionales por los que pasaba una víctima de abuso sexual infantil. «Principalmente por dos motivos: para evitar la revictimización y que el testimonio se contamine y pierda garantías en todas esas fases». La vía documental -con las sospechas de colegios u otros profesionales en contacto con el menor- es hoy más frecuente que la atención por urgencia o la denuncia ante Policía o Guardia Civil.

Su función tiene dos caminos: la investigación de los casos que llegan sin testimonio (40,4% en el último año) o la de analizar la credibilidad cuando sí existe relato de la víctima (59,6%). Dos duras tareas que incluyen entrevistas con padres o tutores, la observación del menor en su entorno, el estudio de las exploraciones en el hospital si las hubiera y la grabación del testimonio de la víctima para poder servir de prueba en caso de juicio. Sus informes llegan también a Fiscalía de Menores y a los juzgados.

«No hay indicadores concretos. No se puede decir que una conducta más sexualizada o una mayor agresividad prueben algo, porque no siempre es así», aclaran. El año pasado, de los 97 casos de credibilidad analizados, confirmaron 53. «No quiere decir que el resto fueran falsos, simplemente que no teníamos datos suficientes», explican. Es aquí cuando entra en juego la Unidad de Terapia de Abusos Sexuales Infantiles (UTASI) para continuar la investigación y/o ofrecer asistencia psicológica a las víctimas confirmadas.

Cuando un posible caso llega a la UVASI lo hace con el nombre del presunto agresor incluido. «La mayoría de las veces se sospecha de alguien en concreto. Nuestra recomendación a las familias es que, mientras dure la investigación, no se presione al menor porque se puede bloquear. No deben preguntarle, sino protegerle, hacer que vuelva a la normalidad y evitar el contacto con el presunto agresor», detallan.

Por desgracia, la estadística muestra que la mayoría de los casos se producen en el ámbito familiar. De los evaluados el año pasado, en un 64,4% el agresor era un familiar; mientras que en otro 24,5% era algún conocido o amigo de la familia. «En estos casos los abusos presentan además un carácter más prolongado. Rara vez suelen ser una situación puntual», señalan los técnicos. Los desconocidos fueron poco más del 10%. Y se registraron, aunque sorprenda, cuatro casos de prostitución y corrupción de menores. El perfil de la víctima es el de una niña (60,5%), de entre 6 y 15 años (68,4%).

Datos

Niñas. El perfil de la víctima de abusos sexuales infantiles es el de una niña en el 60,5% de los casos, frente al 39,5% de los niños. Preadolescentes. La mayoría de los menores que han sufrido estas agresiones, con un 68,4% de los casos, se sitúan entre los 6 y los 15 años. Otro 22% era menor de cinco años. El agresor: un familiar. La estadística muestra que en un 64,4% de los casos valorados el agresor es un familiar de la víctima. En otro 24,5% era conocido o amigo de la familia. Poco más del 10% eran desconocidos.

Preocupación por un nuevo perfil de agresor

Abusadores menores de 14 años. Inimputables y sin reinserción. Los técnicos de la UVASI muestran su preocupación porque en los últimos dos años ha aparecido un nuevo perfil de agresor para el que carecen de medios con los que actuar. «Desde 2014 hemos visto un aumento de los agresores menores de edad, incluso de los menores de 14 años que son inimputables», explican. Este crecimiento -aún sin cifras- alarma no sólo por la ausencia de responsabilidad judicial sino, también, «por la falta de recursos especializados». En 2007, el Govern puso en marcha el programa Atura’t: una iniciativa pionera en España para intervenir en los casos de adolescentes de entre 14 y 18 años que habían cometido algún tipo de abuso o agresión sexual. «Por debajo de esa edad no encontramos nada parecido y es algo que nos preocupa», subrayan los técnicos. Los expertos analizan ahora este nuevo fenómeno en el que los agresores, además, «no tienen un perfil de víctima». En todo caso -y como ocurre de forma general en todos los casos de abuso- se trata de agresores que son al menos cinco años más mayores que sus víctimas.

http://www.elmundo.es/baleares/2015/08/31/55e3fa35e2704e414b8b456f.html

 

Violencia sexual: las nuevas CSI del Congo

EL MUNDO

 

OFELIA DE PABLO / JAVIER ZURITA

18/07/2015

Se llama Chantelle y está preparando el desayuno para sus siete hijos en la humilde casa que ocupa en un barrio de Goma, al Este deCongo, muy cerca de la frontera con Ruanda. Su marido murió hace unos meses y se quedó sola. Firme y decidida, se coloca su gorra de oficial de policía y sale a la calle. Hoy es su último día de entrenamiento y mañana va a convertirse en una de las primeras mujeres técnicas forenses en la historia de su país. Ella es consciente de la importancia que tiene su papel como mujer en un lugar que ha recibido el triste título de ‘capital de las violaciones del mundo’. Hay estudios que destacan que 1,8 millones de mujeres han sido violadas en este país al menos una vez. «Ahora -señala Chantelle- tendremos las herramientas para enfrentarnos a esto y sacar conclusiones de todos los crímenes que se cometen». La futura forense afirma que es necesario terminar con la impunidad de la violencia de género en un país donde la violación y el asesinato ocurren diariamente incluso dentro de las mismas familias.

La República Democrática del Congo es uno de los lugares del planeta con más muertos esparcidos por el territorio. Se estima que más de cinco millones de cadáveres se encuentran diseminados en fosas comunes esperando ser devueltos a sus familiares. Han sido víctimas de guerras y ejecuciones sistemáticas realizadas durante más de 10 años. En este contexto acaba de terminar el primer entrenamiento forense de la historia en Congo RD. Los nuevos CSI están listos para actuar y en sus filas las mujeres ocupan un lugar destacado. Su entrenamiento corre a cargo del Equipo de Antropología Forense Peruano (EPAF) con la ayuda de la American Bar Association Rule of Law Initiative (ABA). José Pablo Baraybar, director ejecutivo del EPAF, acaba de formar a seleccionados miembros de la Policía local y del Ejército de Congo RD para «que investiguen sus propios muertos» según señala. Baraybar es un reputado antropólogo forense que ha trabajado en las exhumaciones de Haití, Ruanda o Etiopía y se hizo mundialmente famoso por el caso de Srebrenica, donde sus investigaciones fueron clave en la declaración de Genocidio.

Seguimos a Chantelle al campo de entrenamiento. Allí, rodeada de manuales, palas y cinta para medir, se encuentra a Wivine Emwendo, capitán de la Policía congolesa en Goma. Frente a ellas, varias fosas simuladas imitan casos reales de crímenes contra la Humanidad. El equipo de militares y policías del curso se pone manos a la obra. Wivine destaca la importancia de su doble papel como mujer y técnico forense: «Ser forenses nos convierte en piezas esenciales en un rompecabezas de muerte y destrucción donde la mayoría de las víctimas han sido y son mujeres, niños y ancianos». Las nuevas CSI saben que, gracias a su condición femenina, las víctimas de las violaciones van a poder confiar y acusar a los culpables. «Ellas -subraya Baraybar- pueden establecer una relación más cercana con las víctimas de su mismo sexo, a las forenses les aportarán evidencias, algo que hasta ahora era muy difícil de conseguir. Seremos el altavoz de millones de mujeres en un país devastado por el dolor», concluye Emwendo.

Nos dirigimos con Baraybar a la American Bar Association Rule of Law Initiative -una organización que da asistencia jurídica a las víctimas- y allí encontramos a Miere. Ella es hutu congoleña y tiene 43 años. Su familia fue masacrada en 1996, cuando el Ejército de Ruanda invadió los campos de refugiados. Miere consiguió escapar del campo de Mugunga, pero un tiempo después fue víctima de lasviolaciones masivas en Kivu Norte. Miere mira al suelo, siente el peso de la humillación y la rabia mientras nos relata cómo un soldado abusó de ella rompiéndole la cadera, el brazo y una pierna mientras la amenazaba con su bayoneta. En su frente, la marca de un balazo termina de relatar su historia. Ahora no tiene nada ni a nadie, y por las secuelas, no puede trabajar. Clama por un poco de justicia. Como ella, 1.152 mujeres, niñas e incluso bebés sufren cada día estas violaciones sistemáticas. El testimonio de Miere no es el único. Selene, Ruena, Anna Marie… hablan con la voz ahogada por el dolor. Ellas apoyan las versiones de las más de 3.436 entrevistadas por el ‘American Journal of Public Health’ para realizar su informe sobre estos abusos.

El municipio de Rutshuru fue uno de los más castigados en 1996. Allí la abogada Gloria Tuemba ha creado, con otras juristas, una asociación para luchar contra la impunidad de estos delitos. Ofrecen asistencia gratuita y destacan la importancia de las nuevas CSI congoleñas a la hora de recabar evidencias: «Sin pruebas, no hay culpables. Ahora las víctimas tendrán más facilidad para encontrarlos».

En Goma vive desde hace unos meses Makene. Tiene 15 años y aún no sabe ser madre. Su hija Violeta es fruto de una violación y esta vez el agresor no fue un soldado sino el padre de su familia adoptiva. Ella es una niña huérfana del genocidio. A sus padres los asesinaron cuando salían huyendo de Ruanda por ser hutus: «Yo era una niña que vagaba sin rumbo por el país pidiendo comida y alojamiento como tantos otros huérfanos del conflicto hasta que me acogió una familia. Mi padre adoptivo me violaba constantemente. Me quedé embarazada y mi madre adoptiva me arrojó de nuevo a la calle. La ONG Volontariato Internazionale per lo Sviluppo me recogió cuando ya estaba en muy mal estado con mi bebé. Ahora aprendo a vivir de nuevo gracias ellos y voy a clases de costura para poder sacar a mi hijo adelante». Junto a ella, silenciosa y cabizbaja está Anne Marie, con 14 años y un bebe de tres meses. La violó el mismo hombre varias veces. En su aldea todo el mundo lo sabía pero nadie hizo nada por impedirlo hasta que se quedó embarazada y tuvo que huir. «Dicen que la violencia sexual solo tuvo lugar durante la guerra, pero las niñas que tenemos aquí demuestran que para el Congo esto se ha convertido en una práctica habitual», dice Chiara, directora de Casa Margueritta, un centro de acogida para menores con hijos fruto de violaciones, perteneciente a la ONG Vis. «Aunque este caso es una excepción -dice señalando a Anne Marie-, gracias a los abogados de ABA, el hombre está en prisión». Pero, por desgracia, es un hecho aislado -continúa Chiara-, «las niñas llegan en condiciones lamentables, tenemos algunas de nueve años y en el último ataque a una aldea han llegado incluso a violar bebés». Mientras tanto, en los campos de alrededor de Goma, la policía congoleña y los militares se afanan en aprender dentro de las fosas a medir, limpiar y rastrear la zona en busca de pruebas. Saben que su papel será crucial cuando se investiguen los crímenes durante tantos años silenciados. Los alrededores de la ciudad están plagados de fosas comunes que contienen muchos secretos aún por revelar. Las agentes del nuevo CSI congoleño representan la luz al final de un oscuro túnel para miles de mujeres que sufren la violencia en su máxima expresión.

http://www.elmundo.es/yodona/2015/07/18/55a7e4afe2704e165e8b458c.html

La audiencia provincial condena a un hombre a siete años de prisión por un delito continuado de abusos sexuales a una joven con discapacidad intelectual.

 

ADAVAS ha ejercido la acusación particular

 

El ahora condenado Patricio Saludes Quiñones, de 66 años de edad contactó con la joven de 18 años tras coincidir en la estación de autobuses en el verano de 2013. Esta mujer tiene una discapacidad psíquica con un deterioro cognitivo global que disminuye significativamente su capacidad de consentir eficaz y libremente las relaciones sexuales, no estando capacitada para asumir las consecuencias de estos actos de manera autónoma. Y, a pesar de ser evidente ese déficit psíquico, el acusado aprovechó tal circunstancia para, al menos en dos ocasiones, invitarla a subir a su domicilio (ambos residen en una localidad del sur de la provincia de León) en el mes de septiembre de 2013, en las que mantuvo con ella relaciones sexuales con acceso carnal por vía vaginal varias veces, e intentándolo en una ocasión al menos por vía anal.

La audiencia ha condenado al procesado como autor responsable de un delito continuado de abusos sexuales, a la pena de siete años y un día de prisión, prohibición de aproximación a menos de 500 metros de la joven y de comunicar con ella por cualquier medio durante nueve años. Asimismo se le impone la medida de libertad vigilada durante 5 años, para su ejecución con posterioridad a la pena de prisión.

Durante el juicio el propio acusado, aunque negó los abusos sexuales, reconoció parte de los hechos relatados por la víctima, admitiendo saber que “no estaba bien”, que tiene una minusvalía y admitiendo asimismo que en dos ocasiones la invitó a subir a su domicilio, y que le regaló un collar de conchas y una bolsa de pipas, si bien niega el acusado que mantuviera relaciones sexuales con ella.

En su declaración el acusado no descartó que durante su estancia en el piso en compañía de la víctima le hubiera puesto una película pornográfica, dando incluso a entender de forma novedosa que fue la víctima la que pretendió mantener relaciones sexuales con él.

Su relato exculpatorio no resultó en absoluto creíble, no ofreciendo una explicación satisfactoria de las razones que llevan a un hombre de 66 años a invitar a su domicilio a una joven deficiente de 18 (con edad mental de 8-10 años) a la que apenas conoce.

La Audiencia Provincial argumenta en la sentencia que es la incapacidad de consentir la que justifica la sanción penal, estimándose que en estos supuestos no se vence la voluntad en contrario mediante violencia o intimidación, sino que se aprovecha la situación de la víctima para obtener un consentimiento viciado, y por tanto inválido.

Eso es lo acontecido en este caso, por lo que la calificación de los hechos como constitutivos de un delito continuado de abuso sexual agravado se presenta clara, desde el momento en que el acusado, conociendo el déficit mental de la víctima, por lo demás fácilmente perceptible como pusieron de relieve los informes forenses y se ha podido apreciar directamente por los miembros del tribunal, y aprovechándose de que la misma, por tal circunstancia era fácil de convencer, logró mantener relaciones sexuales plenas, con penetración vaginal, con quien por razón de su déficit psíquico carece de capacidad para emitir un consentimiento válido, impidiéndola determinarse libremente en el ámbito de sus relaciones sexuales, conducta reiterada en al menos dos ocasiones.

Esta sentencia puede ser recurrida ante el Tribunal Supremo.

EL PAÍS

SANDRO POZZI Nueva York 11 JUN 2015 – 19:01 CEST

  • Un informe de la ONU asegura que esta es una práctica habitual de las tropas de paz
  • Francia investiga a sus tropas en Bangui por abuso sexual de menores

Los casos de explotación sexual por parte de los cascos azules de la Naciones Unidas continúan siendo algo sistémico. El último informe de supervisión interno del organismo se concentra este año en la conducta del personal en Haití y Liberia, dos de los países más pobres del planeta y los más afectados por estos abusos. El estudio revela que el sexo utilizado como moneda de cambio es “bastante común”, aunque las víctimas tienden a no denunciar y eso complica que se las pueda asistir convenientemente.

La ONU tiene desplegados en torno a 125.000 cascos azules por todo el mundo, en misiones de mantenimiento de la paz en zonas de conflicto o realizando labores de asistencia en países azotados por los desastres naturales. La práctica de pagar por sexo está prohibida para los cascos azules. Se desaconseja incluso la relación del personal con los beneficiarios de la ayuda.

El borrador del informe, que se hará público próximamente, aunque ha sido filtrado a través de varios medios, revela que durante el año pasado se denunciaron 51 casos de abusos y explotación sexual en todas las misiones de las Naciones Unidas, según la agencia AP. Son 15 menos que los recogidos en el último informe anual. Pero este descenso se considera insuficiente por los investigadores, pese a que en paralelo se haya incrementado el número de efectivos desplegados.

Stéphane Dujarric, portavoz del secretario general Ban-Ki moon, ha explicado este jueves que el documento final no está aún redactado y avanzó que podría publicarse el próximo lunes 16 de junio. Sí insistió en que desde el organismo “no se va a tolerar” ningún tipo de abuso y dijo que espera que los cascos azulesenvueltos en este tipo de intercambio «sean investigados por los países que tienen la autoridad sobre ellos». El informe, concluyó, será otro instrumento para ayudar a combatir estos abusos sexuales.

En el caso concreto de Haití, los cascos azules pagaron por sexo a 225 mujeres en Haití que se veían en la necesidad de obtener alimentos o medicamentos, según han publicado varios medios. Lo que no se precisa es el periodo en el que ocurrió ni cuántos miembros de la misión, tanto civiles como militares, estarían implicados en estos actos. Las primeras tropas se desplegaron en 2004. Hace un año se publicó un estudio similar en el que se elevaba a 231 la cifra de afectadas por estas “transacciones sexuales”.

Es un problema que afecta especialmente a las mujeres en medios rurales, que buscan en medio de la miseria tener acceso a productos y servicios básicos para poder sostener a sus familias. También las que viven en zonas urbanas o en los suburbios, que en su caso, a cambio de la relación sexual, reciben “zapatos, teléfonos móviles, ordenadores portátiles, joyas y dinero”.

El documento eleva a 480 las alegaciones por explotación sexual y abusos en un periodo que comprende los años 2008 y 2013. De ese total, un tercio de los casos eran menores, lo que da aún una mayor dimensión al problema. Junto a Haití y Liberia, las otras dos misiones más afectadas son las que operan en Sudán del Sur y la República Democrática del Congo. El informe denuncia, además, que la asistencia a las víctimas es “severamente deficiente” y se pide que se aclaren la reglas.

La revelación del informe no es nueva. La ONU viene arrastrando con este problema desde que saltó a la luz hace ahora una década. El secretario general Ban Ki-moon anunció, además, hace una semana el inicio de otra investigación por los últimos casos que han aflorado en la misión desplegada en la República Centroafricana, en la que están envueltos cascos azules franceses. El objetivo de este último informe trata de arrojar luz sobre la manera en la que la ONU lidia con un problema que califica como persistente y extendido. A la conducta abusiva del personal que luce los colores del organismo se le suma el problema de que la población local, la que se beneficia de esta asistencia, desconoce que este tipo de relaciones con los cascos azules no está consentida.

Solo siete de las entrevistadas para el estudio sabía de esta prohibición y ninguna estaba informada de que existía la posibilidad de poder denunciar estos abusos. Naciones Unidas recuerda, además, que son los Estados miembros los encargados de investigar la conducta de sus tropas, que suelen durar más de un año en la mayor parte de los casos. Pero el organismo está obligado a actuar en el caso de que el problema no se resuelva.

http://internacional.elpais.com/internacional/2015/06/11/actualidad/1434011371_934315.html

 

El Mundo

EUROPA PRESSOviedo

05/05/2015

Fue denunciado por las madres de dos de las víctimas

  • El arrestado, de 46 años, creó perfiles en WhatsApp simulando ser un adolescente
  • La Policía cree que sus víctimas eran residentes en León y Asturias, donde él vivía
  • Han hallado en su domicilio centenares de imágenes con sexo explícito con las menores
  • Intercambiaba los vídeos y las fotos en foros pedófilos extranjeros

Agentes de la Policía Nacional de la comisaría de Langreo-San Martin del Rey Aurelio (Asturias) han detenido a un hombre de 46 años, vecino de Langreo y actualmente en situación de prisión preventiva, como supuesto autor de corrupción y abusos sexuales a menores. Se le imputan además otros delitos como estafa, falsificación de documentos o revelación de secretos.

Según ha informado la Policía a través de una nota de prensa, la investigación se inició en el mes de septiembre del pasado año, gracias a las madres de dos de las víctimas que observaron una serie de anomalías en la conducta de sus hijas y lo hicieron saber a la Policía.

Para culminar con éxito la investigación fue necesario estudiar hasta mas de 25.000 mensajes de WhatsApp, y centenares de vídeos y fotografías. Los agentes estiman que al menos fueron 13 sus víctimas, niñas entre los 11 y los 13 años residentes en Asturias y León.

El registro de su domicilio permitió la intervención de varios teléfonos móviles, cuatro discos duros y un ordenador portátil así como lápices de memoria, cámaras, CDs y tarjetas de memoria, que contenían centenares de imágenes en video y fotografía sobre sexo explícito con menores de edad. También se pudo aportar pruebas sobre el lugar donde grababa algunas de sus relaciones sexuales.

El investigado creó tres perfiles de WhatsApp simulando tres personajes adolescentes, con la finalidad de someter la voluntad de sus víctimas introduciéndose paulatinamente en su vida hasta dominarlas por completo. Estos perfiles eran usados para hacer creer a las menores que se estaban relacionando y «salían» con un guapo joven, de manera virtual, al que no podían , de momento, ver en persona, puesto que vivía en una localidad lejana (Madrid o Barcelona).

En una primera fase les pedía fotos normales, las «enamoraba» y posteriormente les incitaba a mostrarse más ligeras de ropa. Cuando aumentaba la confianza y las niñas estaban más sometidas, les exigía fotos y videos desnudas y en actitudes sexuales diversas. En esa fase ya se podía permitir el chantaje, amenazando con cortar la relación o dejarla, para salir con otra de las niñas.

Foros pedófilos

Los vídeos y fotos eran usados por el acusado para intercambio en foros pedófilos extranjeros, a través de la red. La última fase consistía en convencer a las niñas para que se acostaran con un familiar adulto de los supuestos perfiles. Así, les hacía creer, prepararía sexualmente a las menores para la llegada de su amado. Una vez «lavado el cerebro de la menor» procedía a la práctica de todo tipo de actividades sexuales, según ha informado la Policía.

Para garantizar el éxito previamente había estudiado y observado a sus víctimas, dominando el entorno donde se movían, lo que facilitaba su acoso. Para conseguir sus fines, llegó a utilizar, al menos, diez numeraciones de teléfono distintos para poder simular las identidades ficticias. Siete de esas líneas fueron contratadas falsificando la firma y usando la documentación de dos varones que fueron estafados.

http://www.elmundo.es/espana/2015/05/05/55487696268e3e81308b4576.html

viernes, 24 de abril de 2015

Gobierno de Navarra.

El año pasado contó con la participación de 85 entidades locales, que aglutinan el 80% de la población navarra

El Instituto Navarro para la Familia e Igualdad (INAFI) ha reeditado un año más su campaña “¿Y en fiestas… qué?” con el objetivo de sensibilizar a la ciudadanía contra las agresiones sexuales y el acoso a las mujeres durante las fiestas locales que se celebran, mayoritariamente, en periodo estival en Navarra.

Cabe destacar que entre junio y septiembre del pasado año se presentaron 55 denuncias por violencia sexual en Navarra. El mes con mayor número fue junio, con 16, seguido de septiembre, con 15. Tanto en julio como en agosto se interpusieron 12 denuncias.

Esta iniciativa, cuyo lema es “El NO sigue siendo NO” está abierta a la participación de los ayuntamientos, que podrán incluir en sus programas de fiestas y otros elementos comunicativos el logotipo o el cartel de la campaña, diseñado tanto en castellano, como en euskera y en bilingüe. El año pasado, la campaña contó con la participación de 85 entidades locales que aglutinan el 80% de la población navarra.

El Instituto Navarro para la Familia e Igualdad también ha publicado en el portal web del Gobierno de Navarra, www.navarra.es, recomendaciones y consejos para aquellas mujeres que sufran una agresión sexual, que incluyen tanto los recursos disponibles como los pasos que deben seguir.

Por otra parte, el INAFI, a petición del Ayuntamiento de Pamplona, ha trasladado al Observatorio de la Imagen de las Mujeres del Instituto de la Mujer y para la Igualdad de Oportunidades el anuncio publicitario de las fiestas de San Fermín realizado por un tour-operador y que contiene imágenes sexistas que pueden atentar contra la dignidad de las mujeres.

http://www.navarra.es/home_es/Actualidad/Sala+de+prensa/Noticias/2015/04/24/campana+igualdad+fiestas+agresiones+sexuales+navarra+2015.htm

Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad 

Notas de Prensa

30 de marzo de 2015

 

  • Presentación de la Macroencuesta de Violencia contra la Mujer 2015 a cargo del ministro Alfonso Alonso
  • El ministro de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad presenta el mayor estudio que se hace en España sobre violencia de género, en el que se pone de manifiesto que casi siete de cada diez mujeres acaban con su relación a raíz del maltrato
  • Alonso destaca la importancia de la denuncia, pues de la violencia de la violencia de género se puede salir, y remarca la eficaz variedad de recursos de los que dispone el sistema para ayudar a las víctimas y a sus hijos
  • Un 12,5% de las mujeres de 16 y más años residentes en España ha sufrido violencia física y/o sexual por parte de sus parejas o exparejas, menos que la media europea, que es un 22%
  • Una destacada mayoría de mujeres víctimas manifiesta estar muy o bastante satisfecha con la atención recibida por las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado o por el personal médico cuando acude a ellos para pedir ayuda
  • Un 70% de las mujeres encuestadas considera que la principal ayuda que preferiría que le dieran es de apoyo psicológico
  • El 64,2% indica que sus hijos menores de 18 años también han sufrido maltrato

30 de marzo de 2015. El 77,6% de las mujeres maltratadas ha conseguido abandonar la violencia y rehacer su vida. Es uno de los datos más destacados de la Macroencuesta de Violencia Contra la Mujer 2015 que hoy ha presentado el ministro de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, Alfonso Alonso, acompañado por la secretaria de Estado del Departamento, Susana Camarero. Se trata de un porcentaje cinco puntos superior al que, a este respecto, reflejaba el estudio anterior, que data de 2011. Asimismo, y como novedad, en la encuesta que ha explicado la delegada del Gobierno para la Violencia de Género, Blanca Hernández, se ha introducido una pregunta a las mujeres que sufren o han sufrido malos tratos, sobre si a raíz de ello terminaron la relación: el 67,4% de las encuestadas responde que sí.

El estudio, llevado a cabo en colaboración con el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), es resultado de una muestra de 10.171 mujeres de 16 y más años, lo que supone una población de 2.000 mujeres más con respecto al campo de trabajo de la macroencuesta de 2011. Las entrevistas han sido presenciales. El cuestionario se ciñe a los criterios recomendados por los organismos internacionales para la medición de la violencia sufrida por la pareja o expareja, según los cuales conviene diferenciar por tipos de violencia. Así, las preguntas se pueden estructurar en cinco ámbitos:

  1. Violencia psicológica de control.
  2. Violencia psicológica emocional.
  3. Violencia económica.
  4. Violencia física.
  5. Violencia sexual.

Asimismo, cabe subrayar que en las preguntas se ha procurado aludir a todas las parejas que la mujer haya podido tener a lo largo de su vida, a diferencia de macroencuestas anteriores, que cubrían el hipotético número de parejas habidas durante los últimos diez años. También como novedad, se ha incluido un módulo acerca de la violencia física y sexual padecida fuera de la relación de pareja, campo que Naciones Unidas ha pedido profundizar.

En definitiva, se trata, en palabras de Blanca Hernández, de “una radiografía de la violencia de género mucho más precisa”, lo cual cumple uno de los objetivos de la Estrategia Nacional para la Erradicación de la Violencia sobre la Mujer, aprobada en 2013.

VIOLENCIA DE GÉNERO DE LA PAREJA O EXPAREJA

La macroencuesta indica que del total de mujeres de 16 y más años que residen en España, un 12,5% ha sufrido violencia física o sexual por parte de su pareja o expareja, índice más bajo que la media que registra la Unión Europea, del 22%. Además, según los datos del estudio, el 13% de las encuestadas reconoce haber sentido miedo alguna vez en la vida respecto de su pareja o expareja.

En cuanto a la violencia psicológica o de control, que en estudios anteriores elaborados por la Delegación del Gobierno concitaba una percepción y concienciación social menor, especialmente entre los jóvenes, la macroencuesta manifiesta que el 25,4% de las mujeres la ha padecido, frente al 21,9% que afirma haber sufrido violencia emocional y el 10,8% que identifica violencia económica. En la última encuesta FRA de la UE, estos porcentajes se elevaban, de media europea, al 35%, 32% y 12%, respectivamente.

DENUNCIA DEL MALTRATO

Para el ministro de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad resulta esencial la denuncia, la llave para salir de la violencia de género y el resorte que activa todos los medios del sistema español, que es de los más avanzados y completos del mundo. La macroencuesta presentada hoy recalca que ha crecido en cuatro años el número de mujeres que han logrado poner punto y final a los malos tratos, que han conseguido cambiar de vida, dejar atrás la lacra de la violencia de género: el 77,6% así lo ha indicado, frente al 72,4% del estudio anterior. Se pone de manifiesto que cada vez más mujeres acaban con relaciones que las dañan y anulan por el simple hecho de ser mujer.

En este sentido, tal y como ha explicado la delegada del Gobierno, se ha introducido en el estudio una nueva pregunta, referida a si a raíz de los malos tratos, y de forma consciente, sin que entren en liza otros factores más allá de la violencia, la mujer acabó la relación: el 67,4% contesta que sí.

Acerca de los medios a los que recurren las mujeres maltratadas para denunciar, remarcar que las fuerzas y cuerpos de Seguridad del Estado han tenido conocimiento del maltrato en el 26,8% de los casos. En el 78% de estos, fue la propia víctima la que informó a la policía o a la guardia civil, en tanto que otro 20% corresponde a la iniciativa de otra persona familiar o allegada. Como dato añadido: el 56,2% está muy o bastante satisfecha con la atención dispensada.

La macroencuesta recoge las razones que aducen las mujeres entrevistadas para no ir a la policía o al juzgado, y son, por este orden: no conceder suficiente importancia al maltrato (44,6%), el miedo (26,5%) y la vergüenza o no querer que se sepa (21%).

Por otro lado, el 45% de las mujeres que han sufrido violencia física y/o sexual, o miedo, ha recurrido a un servicio médico, legal o social para pedir ayuda. De estos, el 29,2%  ha acudido a su psicólogo y el 22,3% a un centro médico; el 15,9% a asesoría legal y 13,1% a los servicios sociales. Son los centros médicos o de salud los que atraen la mayor satisfacción por la atención dada: un 80,5% señalan que están muy o bastante satisfechas por ello.

AYUDAS QUE PREFIEREN LAS VÍCTIMAS

Cuando a las mujeres que sufren o han sufrido malos tratos se les pregunta por el tipo de ayuda que más les gustaría, el 70% de las encuestadas precisan que ayuda psicológica, el 45% cita las ayudas económicas y el 34,4%, apoyo jurídico.

También ha indagado la macroencuesta en la relación que una mujer maltratada establece con su entorno más cercano, y así, como indicador general cabe recalcar que el 81% de las víctimas, y de quienes han sentido miedo de su pareja o expareja, ha podido contar con alguien para transmitir su situación. Desgranando este aspecto, aparece en el estudio que el 54,7% se lo dice a una amiga, el 40% a su madre, el 32,2% a su hermana y el 20% a su padre. El consejo dado con mayor frecuencia, una vez relatada la coyuntura de violencia de género, es el de abandonar la relación.

Dentro de este parámetro, puntualizar que en el 80,7% de los casos en los que la víctima cuenta su situación a un familiar, el consejo consiste en poner fin a la relación; así se pronuncian también las amigas (84,6% de los casos) y las vecinas o compañeras de trabajo (88,5%). Sin embargo, cuando la macroencuesta aborda la respuesta de los familiares de la pareja o expareja maltratadora, los porcentajes descienden de modo considerable: un 44,1% de estos recomiendan a la víctima que termine la relación. Es reseñable un dato: el 13,3% de las encuestadas han declarado por primera vez que sufren malos tratos a la entrevistadora de este estudio.

CONSECUENCIAS DE LA VIOLENCIA DE GÉNERO

El 42% de las mujeres que han sufrido violencia física y/o sexual, o miedo, ha tenido lesiones como consecuencia de los malos tratos; se trata del 6,5% de la población femenina residente en España de 16 y más años. La media europea al respecto se sitúa en el 54%. De ese 42%, el 34,4% corresponde a lesiones moderadas, sean rasguños, moratones o cortes, y el 7,6% de los casos tienen que ver con lesiones graves, como esguinces, luxaciones, quemaduras, heridas profundas, fracturas, dientes rotos o lesiones internas.

Asimismo, las mujeres maltratadas tienen una percepción de su salud mucho peor que aquellas mujeres que no han padecido violencia. Este deterioro de su estado se traduce en que un 55,9% de las víctimas dicen que su salud es buena o muy buena, un 30,9% afirma que regular y un 13,2% que es malo o muy malo. Si se repara en las mujeres que no han sufrido malos tratos, el 67% opina que es bueno o muy bueno, mientras que el 24,4 manifiesta que regular y sólo un 8,5% que es malo o muy malo.

La angustia, las ganas de llorar sin motivo y la irritabilidad son algunos de los síntomas más comunes en las víctimas de la violencia de género. Un 53% de las encuestadas cita la angustia, un 45,7% menciona la irritabilidad y un 43,3%, las ganas de llorar. Siempre, estos síntomas afectan en mayor medida a las mujeres que han padecido la violencia de género que a las que no la han sufrido.

MENORES, VÍCTIMAS DIRECTAS

Una de las constataciones de la macroencuesta es la incidencia directa que la violencia de género tiene en los menores. El 63,6% de las mujeres entrevistadas afirman que sus hijos o hijas presenciaron o escucharon episodios de malos tratos, y de éstas, un 92,5%  asegura que tenían menos de 18 años cuando se produjeron los hechos. Dentro de este porcentaje superior al 90%, sobresale un dato: el 64,2% de las mujeres víctimas que tenían hijos menores de 18 años manifiestan que los malos tratos también se cometieron sobre ellos.

Por otra parte, se corrobora que las mujeres con alguna clase de discapacidad padecen la violencia de género más que las mujeres sin discapacidad. Mientras las mujeres sin certificado de discapacidad que sufren malos tratos, o miedo de su pareja o expareja, representan el 15,1%, este número se eleva al 23,3% en el caso de las mujeres con dicho certificado.

Otro sector de población en el que la violencia de género afecta en mayor medida es en el de las mujeres de 16 a 24 años. El 21,1% de las que residen en España, y que han tenido pareja en alguna ocasión, ha sufrido violencia de control en los últimos 12 meses, en tanto que las mujeres de cualquier edad que la han padecido en el mismo periodo de tiempo llega al 9,6%.

VIOLENCIA CONTRA LA MUJER FUERA DE LA PAREJA

La macroencuesta, por otro lado, aborda también el fenómeno de la violencia de género fuera de la pareja, y en este sentido cabe indicar que del total de mujeres que residen en España con 16 y más años, un 11,6% ha padecido violencia física sin que haya tenido una relación de pareja. Con mayor precisión, el estudio recoge que un 7,5% de la población femenina con residencia en España ha sufrido dicha violencia física tras cumplir los 15 años, porcentaje que en la UE, de acuerdo con informes al respecto, asciende al 20%. Antes de esta edad, en España, la cantidad de mujeres que ha sufrido esa violencia se sitúa en el 6,4%, frente al 27% que arrojan los informes europeos citados, en concreto el FRA.

En cuanto a la violencia sexual sin haber mantenido una relación de pareja, y en la franja de edad que arranca en los 16 años, España ofrece un porcentaje del 7,2%.

En ambos casos, el agresor suele ser hombre: un 58,8% de los agresores físicos es varón; números que van al 97,5% en los casos de agresión sexual.

http://www.msssi.gob.es/gabinete/notasPrensa.do?id=3619