Hace unos días Francia lanzaba un vídeo para concienciar sobre la brecha salarial donde se mencionaba que las mujeres francesas cobraban un 26% menos que sus compañeros varones, en él se veía a varias mujeres explicándole a su compañero todas las trabas que impedían que su carrera profesional avanzase y, por supuesto, el permiso de maternidad y paternidad estaba entre las primeras causas.

En España, la situación es similar ya que muchas mujeres ven impedimentos laborales y tienen muchas veces que elegir entre su carrera y los cuidados que les quieren dar a sus hijos. Para conocer un poco más acerca de los diferentes modelos de permisos de maternidad y paternidad, vamos a conocer algunas leyes en vigor en el resto de países. Pero antes de empezar os dejamos este mapa elaborado por la OIT para sobre la cantidad de días a los que tienen derecho los padres cuando nace un hijo o una hija:

Como vemos destacan los países nórdicos y el Reino Unido que son donde los permisos parentales son más largos. Pero hay diferentes modelos se aplicación. Así, por ejemplo, Suecia, que es el país con los permisos más largos (hasta 480 compartidos entre madre y padre) obliga a estos últimos a tomarse 60 días mínimo, más 10 días después del nacimiento, pero cuantos más días se tome el padre y menos diferencia haya entre los que se toma la madre y el padre mayores facilidades debe concederle la empresa. Un modelo similar aplica Noruega con un máximo de 392 días. En Finlandia se reservan 105 días para la madre y 18 para el padre a los que luego se suman 158 días a repartir entre ambos. En Reino Unido, a pesar de tener 273 días para la madre, los padres tienen derecho a un máximo de 28 días.

Fijándonos en el permiso de paternidad cabe destacar las legislaciones de países como Islandia, Rumanía y Bulgaria. El modelo del primero es de 90 días para cada progenitor, y en el caso del segundo son un máximo de dos años que pueden ser para el padre o para la madre o incluso para alguno de los abuelos que se dedique a la crianza de sus nietos y nietas.

En el otro lado de la balanza encontramos algunos países africanos, algunos países de latino américa, la península arábica y Estados Unidos. En este último, el permiso de maternidad o paternidad (ya que ambos pueden tomarse esos días) es de solo 12 semanas y la madre no recibe ninguna remuneración.

Aquí está el mapa elaborado por la OIT que muestra como la legislación de cada país regula el permiso por paternidad:

España se encuentra entre los países con menos días dentro del marco europeo, con 112 días para la madre (las 10 últimas semanas se pueden compartir con el padre) y 15 días para el padre. Un modelo similar existe en Francia, Holanda, Austria, Letonia, Suiza y Chipre.

Los únicos países con menos días son Bélgica, con 105 días para la madre y 10 para el padre, Eslovenia, con 84 días para la madre y 11 para el padre; y Liechtenstein, con sólo 56 días para la madre.

Alemania tiene 98 días, de los cuales 42 son para antes del parto, pero después del parto pueden pedir una ayuda durante un año por el 67% de su suelo hasta un máximo de 1800 euros que se puede intercambiar con el padre.

En cuanto al padre, los permisos más cortos son los de Holanda y Malta, con sólo 2 días seguidos de Suiza y Turquía con 3 días.

Los permisos de maternidad y paternidad más largos son los de Suecia, con 480 días (16 meses) compartidos entre padre y madre percibiendo el 80% del sueldo hasta los 390 días. Le sigue el modelo noruego con 392 días (56 semanas) al 80 por ciento del salario o 322 días al 100%. El padre tiene derecho a 70 días de ayuda (10 semanas) percibiendo el 100% de su sueldo. La madre debe tomarse 21 días antes del parto obligatoriamente y 42 días después del parto, pero el resto se puede compartir con el padre. De hecho, se suele poner al país nórdico como uno de los modelos de baja de maternidad y paternidad más igualitarios.

En España ocupamos el puesto número ocho con 112 días de baja con el salario íntegro que se puede ampliar a dos semanas más por cada hijo a partir del segundo, si es un parto múltiple o si el bebé nace con algún tipo de discapacidad.

Este derecho se puede repartir con el padre a partir de la 7ª semana. En el caso de él, cuenta con un total de 15 días de baja, 17 para partos múltiples y 20 en caso de familia numerosa.

Hoy en día, muchos colectivos nacionales y algunos partidos políticos platean una reforma de este sistema hacia un modelo más igualitario y con más días de permiso, aunque por ahora sin éxito. Por lo que es conveniente trabajar por un modelo más igualitario e incluso debatir la posibilidad de un permiso de paternidad obligatorio.

Hoy, 22 de febrero es el día por la Igualdad salarial, un día de lucha contra la diferencia entre los salarios de hombres y mujeres.

UGT publicaba esta semana un estudio según el cual, en España, la brecha salarial se sitúa en el 23,25%. Esto quiere decir que las mujeres cobran un 23,25% menos que sus compañeros varones.

Según este gráfico, vemos como la diferencia se ha ido reduciendo desde 1995, pero en 2014 ha vuelto a subir un 0,7%, lo que demuestra que las mujeres son más castigadas que los hombres por la crisis.

¿Por qué?

Este es un tema a menudo debatido entre los diferentes factores de la sociedad, porque a con frecuencia se cuestionan los factores externos y las diferencias personales a la hora de realizar la comparación, por eso se suele hablar de diferencia salarial ajustada y no ajustada.

Diferencia salarial no ajustada

Se calcula sin tener en cuenta criterios de edad, educación, características de los puestos de trabajo, sector de actividad, etc.

De esta manera muchas veces se justifica la brecha salarial con argumentos como que la mujer muchas más veces que los hombres opta por trabajos de media jornada o se decantan por un sector con menor remuneración. Ambas afirmaciones, aunque son ciertas, también forman parte de la lógica patriarcal, ya que las mujeres que muchas veces optan por una reducción de jornada lo hacen para poder cuidar de sus hijos. Por otro lado, las profesiones tradicionalmente ejercidas por mujeres (enseñanza, enfermería, limpieza, etc.) suelen ser menos remuneradas económicamente porque la lógica patriarcal, no premia los cuidados, sino la producción. Pero ese es otro debate.

Diferencia salarial ajustada

Cuando se habla de la brecha salarial, también se habla de la diferencia ajustada, que es aquella que tiene en cuenta diferentes factores para equiparar la labor de una mujer en diferentes sectores con el de sus compañeros de trabajo y la diferencia de suelo.

Aunque en numerosos países las legislaciones obligan a ofrecer el mismo salario por el mismo tipo de trabajo, los hombres, de una manera general, están mucho más acostumbrados a negociar su salario en cuanto les llega la oportunidad.

Por otro lado, los hombres suelen tener menos obligaciones en casa, por lo que pueden asistir a los eventos y encuentros extralaborales, lo que suele habitualmente ofrecer una gran oportunidad de estrechar lazos y hablar de trabajo en un ambiente más distendido y ofrecer mayores posibilidades de promoción.

El techo de cristal

Un buen ejemplo que ilustra de manera práctica el techo de cristal es un estudio, elaborado por la empresa americana Visier, donde se comparaban las diferencias de género en el trabajo.

Aquí se revelaba que, a partir de los 30 años, el porcentaje de las mujeres que ocupaban puestos de gerente o manager se reducía considerablemente con respecto al de sus compañeros masculinos. Así mismo, la reducción de salario acompañaba igualmente esta situación.

En este gráfico vemos como la maternidad es el mayor castigo laboral para las mujeres que muchas veces no pueden compaginar su rol de madre con su carrera profesional.

La penalización de la maternidad

En este sentido el estudio publicado por el Club de las Malas Madres asegura que “la corresponsabilidad está lejos de ser una realidad”. Según este documento El 58% de las mujeres renuncia a su carrera profesional cuando se convierten en madres, mientras que en los hombres esta cifra se reduce al 6%. Esto es debido, según aseguran las personas entrevistadas tanto a los referentes sociales que tenemos del hombre y de la mujer (padre y madre), así como a las barreras institucionales y empresariales como las bajas de maternidad o paternidad o los beneficios en el mundo laboral.

 

Se ha preguntado también por el reparto de las tareas y en este sentido, el 45% de las mujeres, que contribuye a la economía familiar de igual manera que sus parejas, declara ser la responsable principal de las tareas dome?stico-familiares. Sólo en el 9% de los casos son los hombres. En el 36% de los casos se gestionan de forma equilibrada. Una realidad que no ayuda a enfrentarse al trabajo de igual manera.

 

Como vemos, muchos son los factores que afectan a la diferencia salarial entre hombres y mujeres y por lo tanto es importante visibilizar el problema, sus causas y luchar contra ello desde diferentes terrenos.