Cuando se visita la biblioteca de Alejandría hoy en día, lo hacemos con una mirada al pasado y con mucha tristeza de que este emblemático lugar dedicado a la sabiduría se haya perdido. Hoy en día, los homenajes que encontramos en el actual edificio corresponden todos con grandes figuras del conocimiento egipcio y son TODOS HOMBRES. Pero cuando una feminista visita la biblioteca, además de consultar la sección sobre ensayo feminista, recuerda a Hypatia, la maestra de la ciencia y por eso hoy queremos recordar este gran personaje de la historia antigua.

Hipatia nació en el siglo IV, en Alejandría en el seno de una familia que pertenecía a la aristocracia griega. Su padre y maestro Teón, matemático y astrónomo, la introdujo en el estudio de las matemáticas y llegaron incluso a trabajar juntos preparando textos para alumnos. A pesar de la poca documentación que existe sobre Hipatia, es una de las primeras mujeres matemáticas sobre la que se han encontrado fuentes fiables. Estos textos cuentan que no se había conformado con llegar al saber únicamente a través de las matemáticas, como le enseñó su padre, sino que se entregó también a la filosofía.

La escuela de Hipatia

Se sabe de Hipatia que era justa con sus alumnos y que los enseñaba en la racionalidad, además, en la época, la filosofía era una de las ciencias con mayor interés y la filósofa se había convertido en líder de los neoplatónicos en Alejandría, por lo que recibía estudiantes de todas partes y se codeaba con los aristócratas alejandrinos que frecuentaban la antigua Biblioteca de Alejandría. Una persona de una grandísima influencia entre los estudiantes y eruditos de la ciudad conocida en el mundo romano por la actividad intelectual que allí tenía lugar.

Algunos historiadores creen que suscitaba envidias entre el mundo intelectual de la época dentro del círculo de los cristianos más religiosos.

La muerte de Hipatia

Las causas de su muerte no son nada claras. A comienzos del siglo V, Teodosio I el Grande había impuesto el cristianismo en la religión del Estado saqueando lugares emblemáticos del conocimiento, como la biblioteca y obligando a sus ciudadanos a someterse a ella persiguiendo a paganos y herejes. Entre ellos, se encontraban, por supuesto referentes de la filosofía como Hipatia que se vieron sometidos a fuertes presiones para convertirse a la ortodoxia nicena impuesta. Muchos de ellos decidieron convertirse para salvar sus vidas, no así Hipatia, quién decidía ser fiel a su doctrina.

Fue entonces acusada por los cristianos de haber influido en el gobernador para que éste empezara a perseguir a los cristianos. Un grupo de ellos decidió seguirla, la obligaron a bajar de su carruaje para asesinarla, despedazar su cuerpo y quemarlo.

Se conservan muy pocos escritos de Hipatia, de quien se dice que escribió hasta 13 libros sobre matemática y astronomía y varios comentarios de obras de otros autores como su padre o Euclides. Gracias a algunos escritos sobre ella se conoce que fue una mujer inteligente, valiente y fiel a sus principios y que puso su vida en peligro para proteger el saber y la razón por encima de la imposición religiosa y la violencia, aún en un contexto de revuelta.

Hoy en día se recuerda a Hipatia de Alejandría como referente de las ciencias y del saber del mundo antiguo.

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