Hace unas semanas, la prensa se hacía eco de unas declaraciones “desafortunadas” (léase machistas) de Jorge Cremades al que entrevistaban en los 40Principales por el premio que le habían concedido como influencer del año. En esta entrevista, la periodista le preguntó por un vídeo suyo que retrataba a dos hombres discutiendo para ver quien llevaba a una chica bebida a casa. Según sus palabras, al hacer este vídeo él no pensaba en una violación. Mucha de la prensa resaltó una explicación que dio posteriormente el premiado youtuber donde aseguraba que había más violaciones a hombres que a mujeres, “en otros temas, no físicas”.

Al ver la indignación y la cantidad de artículos que publicaban datos que demuestran lo contrario, el autor de estas palabras pidió perdón, según afirma, porque el lenguaje le jugó una mala pasada y decía que condenaba la violencia de género, pero no habló de su vídeo y mucho menos pidió perdón por eso.

¿Por qué hace gracia?

Para entender por qué Cremades afirma que no se le pasó por alto que pudiese ser una violación al hacer ese vídeo, tenemos que suponer qué imagina en su cabeza y por qué eso no es una violación. ¿Qué piensan Cremades y los hombres que se ven reflejados en sus vídeos? La respuesta es muy sencilla, como una chica está bajo los efectos del alcohol será más difícil que se resista a tener sexo con él. Si a alguien se le ocurre alguna otra hipótesis, que nos lo explique, por ahora nos vamos a quedar con esa.

Para “nuestro protagonista” y sus seguidores, lo que tienen en cuenta cuando quieren acostarse con una chica son únicamente sus deseos, LOS DE ELLOS. Para ellos, si la otra persona no dice nada (en este caso porque está bajo los efectos del alcohol) es porque acepta tener sexo con ellos y por lo tanto no hay violación. No tienen en cuenta los deseos y las libertades sexuales de las mujeres, porque según el status quo se supone que a las mujeres no debemos decir que disfrutamos con el sexo y entonces “ellos tienen que insistir un poco más”. Estos mensajes son los que desde diferentes medios se lanzan a diario en la sociedad y que perpetúan la cultura de la violación

¿Cómo acabar con la cultura de la violación?

La cultura de la violación normaliza estos comportamientos. Este es el motivo por el que, quienes nos declaramos abiertamente feministas, debemos señalar cualquier elemento que atente directamente contra la libertad sexual de las mujeres y mostrar nuestro rechazo para prevenir agresiones sexuales.

Según nuestros últimos datos aproximadamente tres de cada cuatro violadores son conocidos de la víctima. En un país donde una mujer es violada cada 8 horas es muy necesario concienciar sobre este tipo de comportamientos y resaltar el peligro de que estas actitudes estén tan normalizadas. Además, si tenemos en cuenta que Cremades cuenta entre sus seguidores con un amplio número de jóvenes, es aún más necesario concienciar sobre la repercusión de este tipo de humor y prevenir para que las mujeres y los hombres identifiquen estos actos que, disfrazados con un toque humorístico, son normalizados, aceptados e incluso celebrados (como en el vídeo del que hablamos).

El magistrado del Tribunal Supremo Antonio Salas ha sido criticado por sus comentarios en su cuenta de Twitter donde afirmaba que la violencia de género se debía a un problema de “maldad de las personas”:

Explica en otros tuits que hay más factores, como la dificultad de convivencia o la diferencia de fuerza física, pero nunca habla de machismo como causa de la violencia de género.

Cuando se le pregunta por la Ley Integral de Violencia de Género menciona en la explicación de motivos que “Se trata de una violencia que se dirige sobre las mujeres por el hecho mismo de serlo […]”, Salas afirma que prefiere el artículo 14 de la constitución donde se menciona que todos los españoles son iguales ante la ley.

En una entrevista sobre el desafortunado comentario, afirma que no acepta que le excluyan de la lucha contra la violencia de género porque, según dice, “hay una verdad oficial de la que nadie puede opinar algo que salga de ahí”. En este caso, la verdad oficial a la que se refiere no es otra que lo que explica le Ley Integral de Violencia de Género. Dicho de otro modo, el señor Salas un juez con más de 40 años de experiencia piensa que no debería ser excluido de la lucha contra la violencia de género, aun cuando no reconoce que la causa fundamental de este tipo de delitos no es otro que la opresión de las mujeres por el patriarcado como dice la legislación.

Cuando la presentadora le pregunta si entiende que hay actitudes machistas que están detrás de estos asesinatos, el magistrado Salas se explica diciendo que no siempre es la causa y que en algunos casos se puede deber a problemas de convivencia. Con esta afirmación el magistrado evidencia la falta de sensibilización y formación que sigue existiendo dentro de la judicatura, aunque él afirme lo contrario en este tuit:

Sin embargo, Lucía Avilés, vocal de la Asociación de Mujeres Juezas afirma que “sí hay que poner el foco en la falta de formación en violencia de género que tiene el colectivo jurídico en general” pues el magistrado con sus comentarios está cuestionando las bases de la ley de violencia de género, según ella. La fiscal Inés Herreros, miembro de la Unión Progresista de Fiscales también se posiciona en la misma línea al sostener que «desde el punto de vista jurídico no es discutible. Ya lo dijo el Constitucional, que las agresiones a mujeres responden a una pauta cultural».

En relación a los motivos de diferencia de fuerza que alegaba Salas, conviene también retomar las palabras de Teresa Franco, delegada de la Mujer de la Asociación Unificada de Militares Españoles (AUME), cuando afirma que no se trata de una cuestión de biología, sino que los asesinos «aprendieron que tienen poder sobre las mujeres y son machistas. O sea que se pega y se mata por un problema educacional, no porque se sea intrínsecamente malo».

Por otro lado, Sonia Vaccaro, psicóloga especialista en violencia basada en el género niega que la maldad sea la causa de este tipo de violencia, según palabras del magistrado, la experta explica que «Si el motivo fuera ese, el hombre en cuestión cada vez que lo echaran del trabajo también maltrataría. No estaría dispuesto a aguantar el ‘no’ de nadie, pero resulta que lo único que no tolera es el ‘no’ de su pareja».

En este sentido es donde las asociaciones, colectivos, fundaciones y demás organizaciones feministas debemos formar al personal jurídico con nuestra especialización y conocimiento con el fin de asegurar la aplicación de la ley de violencia de género para que ninguna mujer se quede sin protección.

Después de las palabras de una persona con tanta influencia como el Magistrado Antonio Salas, conviene recalcar la importancia de la educación que favorece estas diferencias de género que se traducen en desigualdades sociales. Por eso, estos mensajes tienen mucha importancia en la educación entre mujeres y hombres a todos los niveles, cuando a los hombres se les enseña a ser fuertes y a luchar y a las mujeres a cuidar y aguantar estamos perpetuando una sociedad donde las mujeres son asesinadas por unos hombres que no son malos, son hijos buenos del patriarcado.