A finales de mayo se juntan dos fechas importantes en el calendario de acción:
- El 23 es el día internacional para la erradicación de la fístula obstétrica
- El 28 es el día internacional de acción por la Salud de las mujeres
Por eso, en este post queremos visibilizar los problemas de salud que afectan a las mujeres y cómo se tratan, desde una perspectiva generalizada.
La salud de las mujeres es una cuestión que no suele figurar como prioridad ni en España ni en muchos otros países vecinos, y menos aún en países donde la renta per cápita es inferior a la media europea. Sólo parece estar en la agenda política cuando se trata de controlar, cuestionar o reducir el cuerpo y la sexualidad de las mujeres. Buen ejemplo de ello ha sido la reforma del aborto que ha querido llevar a cabo el exministro Gallardón en la anterior legislatura.
Desde hace siglos, con el diagnóstico de la histeria, una enfermedad que afirmaba que la locura estaba directamente relacionada con el útero, hasta hace unos meses, cuando salía la noticia de se descartaba un anticonceptivo masculino por causar los mismo efectos secundarios que la píldora, pasando por el tardío descubrimiento del clítoris, la invisibilización de la violencia obstétrica o las enfermedades que más sufren las mujeres donde menos investigación existe, el campo de la salud ha sido, y sigue siendo territorio patriarcal.
Las mujeres tienen mayor esperanza de vida que los hombres, en la mayoría de países, pero según diversos estudios, tienen peor salud. Solemos padecer enfermedades crónicas, discapacidades y diversos desórdenes psicológicos en mayor grado que nuestros compañeros varones. Muchas veces esto se explica por los hábitos generados por comportamientos de género. Por ejemplo, los hombres, que suelen tener que demostrar más su virilidad fuman, beben alcohol y tienen conductas temerarias en la carretera, lo que explica que muchos de ellos padezcan enfermedades pulmonares, del hígado y accidentes que les pueden quitar la vida. En cambio, las mujeres suelen tener hábitos de vida más saludables, pero las barreras laborales a las que se enfrenta, el trabajo repetitivo de muchas mujeres sobre quienes recaen las cargas domésticas y la segregación tienen incidencia directa en su salud.
Por otro lado, tradicionalmente se asumía que los resultados de los estudios realizados y probados en hombres se podían extrapolar a las mujeres, cuando esto no es así. Afortunadamente de un tiempo a esta parte, en algunos ámbitos de la ciencia se empieza a incluir el factor de género y de clase social y a examinar qué relación tiene con la salud.
La Encuesta Nacional de Salud empezó, desde hace unos años, a separar las enfermedades por sexos y se pueden observar muchas diferencias, no solo en el tipo de enfermedad, sino también en sus síntomas.
Por eso, el próximo lunes es importante aprovechar para denunciar esta invisibilización y desconocimiento, así como reclamar conciencia y actuación a los gobiernos y actores implicados para que la salud de las mujeres salga del olvido y sea una prioridad en la agenda política de los gobiernos.
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